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El término “feedback positivo” es un anglicismo que podemos traducir al castellano con adjetivos como reconocimiento, halago, aprecio, agradecimiento... Dar las gracias, mostrar aprecio, o expresar admiración, son tipos de conversaciones que tienen que ver con el feedback positivo. En este artículo vamos a reflexionar un poco más sobre este concepto: para qué lo utilizamos, qué nos aporta, por qué nos cuesta tanto usarlo, cómo emplearlo con maestría... Una primera aproximación al concepto de Feedback Positivo nos obliga a realizar una primera distinción entre Aprecio y Admiración: EL APRECIO Cuando nos sentimos agradecidos, normalmente le hacemos saber al otro que su comportamiento ha tenido consecuencias valiosas para nosotros, que nos ha dado algo que es importante y positivo. Ese algo puede ser:
LA ADMIRACIÓN Cuando sentimos admiración por alguien, normalmente le hacemos saber que reconocemos en él una virtud que nos parece valiosa y apreciable y que supone una referencia para nosotros, un ejemplo que nos anima a crecer y a esforzarnos por ser mejores personas. EL VALOR DEL FEEDBACK POSITIVO
LA DIFICULTAD DE DAR FEEDBACK POSITIVO ¿Qué hace que tengamos este tipo de dificultades? ¿Por qué hay tantos padres que no saben mostrar gratitud, aprecio y reconocimiento hacia sus hijos? ¿Tantas parejas que no saben agradecer al otro? ¿Tantos maestros que nunca reconocen a sus discípulos? ¿Por qué es tan frecuente encontrar Managers que nunca tienen tiempo para dar feedback a sus colaboradores? Cuando trabajamos en coaching la dificultad para dar reconocimiento, buscamos qué creencias tiene nuestro cliente para actuar del modo en que está actuando. Por ejemplo:
CONCEPTO DE VULNERABILIDAD
En coaching ontológico defendemos la idea contraria, creemos que la vulnerabilidad nos acerca y nos vincula a los demás. En suma, que la vulnerabilidad, lejos de ser una debilidad, es una fortaleza:
Veamos esta distinción más detenidamente. Las personas que creen que Vulnerabilidad = Debilidad, tienen firmemente arraigada la idea de que los demás están esperando a ver su “punto flaco” para atacar. En el mundo de la empresa, especialmente, “hay mucho tiburón esperando el momento adecuado”. “No se puede bajar la guardia”. “Hay que estar siempre alerta”. Las personas que creen que vulnerabilidad = Fortaleza, creen que la vulnerabilidad es precisamente lo que más nos conecta con los demás. Creen que cuando nos mostramos vulnerables nos hacemos más humanos, más cercanos, más confiables, a los ojos de los demás.
Las personas que creen que vulnerabilidad = Fortaleza tienen más conversaciones disponibles. Pueden decir “no sé”, “necesito ayuda”, “yo solo no puedo”. Pueden hablar de lo que les falta, de lo que les da miedo, de lo que necesitan de los otros. Pueden agradecer y reconocer las virtudes de los demás, están más abiertas al aprendizaje, puesto que tienen más facilidad para aprender de los demás. Las personas que creen que Vulnerabilidad = Debilidad, generan mucha antipatía a su alrededor. Los demás ven claramente sus dificultades (aquellas que tanto se esfuerza en ocultar son precisamente las más evidentes), pero juzgan prepotente, vanidosa o poco humilde su actitud. Por eso, cuando tienen un fallo, los demás se alegran e incluso lo celebran. ¡A fin de cuentas es de carne y hueso, como todos los demás!. Esta reacción “vengativa de los otros” tiene el efecto de reforzar todavía más la creencia de origen: “los demás esperan ver mi punto débil para atacar. No se dan cuenta de que es precisamente esa creencia la que genera la reacción de los demás y no al contrario. Las personas que creen que Vulnerabilidad = Fortaleza, generan más simpatía a su alrededor. Los demás ven claramente sus dificultades pero también ven que las afronta con honestidad y con humildad, que están abiertos a aprender y a pedir ayuda. Cuando tienen un fallo, encuentran apoyo y comprensión.
Decíamos en el punto anterior que, cuando encontramos dificultades para el feedback positivo, exploramos las creencias asociadas y, cuando es necesario, trabajamos la distinción de vulnerabilidad que acabamos de comentar. Este trabajo (a través de las preguntas y la reflexión) provocará un cambio en el punto de vista y, en consecuencia, una revisión de las opiniones y de las creencias más arraigadas. A partir de este momento, el coachee está en disposición de probar nuevas conversaciones, podrá practicar el feedback positivo y evaluar sus consecuencias y, al hacerlo de manera reiterada, las viejas creencias terminarán dando paso a otras nuevas más eficaces y potentes. ERRORES FRECUENTES AL DAR FEEDBACK POSITIVOSi el lector ha aceptado los argumentos expuestos hasta aquí sobre el temor a exponerse asociado a las conversaciones de feedback positivo y también sobre la necesidad que tenemos de dar y recibir feedback para sostener y afianzar relaciones valiosas con los demás, podemos en este punto ofrecer algunos consejos a la hora de abordar este tipo de conversaciones, para hacerlas más potentes y eficaces.
Habla de ti mismo: Del mismo modo que decimos que una comunicación efectiva debe ser directa, también pensamos que debe ser personal. Surge de un Yo, que aprecia algo que tú has hecho. Es muy frecuente escuchar: “En este equipo se te aprecia mucho...” En nuestro país es especialmente frecuente hablar desde la impersonalidad. A menudo oímos giros que, a pesar de ser muy empleados, resultan francamente extraños, como el extendido “en esta casa se te quiere” o “se te aprecia”, evitando decir: “te queremos mucho” o “te apreciamos”, por no mencionar lo que verdaderamente queremos decir: “te quiero mucho” o “te aprecio” Parece que al escudarnos detrás de una tercera persona, nos sentimos menos expuestos, pero es al exponernos precisamente cuando obtenemos un resultado más potente: “Juan, aprecio enormemente tu esfuerzo, sin tu ayuda no hubiera sido capaz de sacar este proyecto adelante. Muchas gracias por tu dedicación y tu disponibilidad”. Sé específico: Hemos dicho que la comunicación debe ser directa y personal. Además, decimos que debe ser específica. En vez de hablar de generalidades, serás más eficaz si hablas de hechos específicos, si describes acontecimientos. “Gracias por ser tan amable” es un reconocimiento bienintencionado que, sin embargo, no ofrece mucha información sobre qué es lo que el otro te está dando que es apreciable y valioso para ti. Ser específico implica entrar en los hechos: “Cuando te ofreciste a echarme una mano, sentí que me quitaba un enorme peso de encima, muchas gracias...” Evita los juicios y etiquetas: Muchas veces emitimos opiniones sobre las cualidades de los demás, erigiéndonos de esta manera en jueces, colocándonos de alguna manera en un nivel superior ““Eres una persona muy divertida”, “Tienes una gran capacidad de síntesis”... Son opiniones bienintencionadas pero, al emitirlas, generamos una desigualdad en la relación. Mucho más apropiado y valioso sería referirnos a lo que nos ocurre personalmente con lo que el otro hace: “Me río mucho con tus comentarios”, “Valoro mucho tus ideas, me sirven mucho para mi trabajo”. Incrementa tu Feedback positivo: Hay muchas oportunidades de dar feedback positivo que desaprovechamos cada día. Muchos Managers limitan estas conversaciones a los grandes momentos: las evaluaciones de desempeño, el final de un proyecto importante, una promoción profesional... porque asocian el feedback positivo a una conversación seria y formal que requiere un momento y un lugar adecuados. Y aunque no deja de ser cierto que hay ocasiones en que esto debe ser así, también hay innumerables maneras de agradecer, reconocer, mostrar aprecio y admiración en conversaciones cotidianas, de manera informal, con pequeños gestos, y mediante expresiones sencillas. Practica el feedback positivo siempre que puedas. No lo limites a tus colaboradores, pruébalo también con un colega, con los clientes, con un proveedor, incluso con tu jefe. Pruébalo también en casa, con tus hijos, con tu pareja, con tus padres, con un amigo, Practícalo con el camarero, con un dependiente, con la cajera del supermercado... Comprobarás que ocurren cosas diferentes en los diferentes ámbitos, que las relaciones mejoran y se consolidan, incluso que tú te sientes mejor. El feedback positivo genera una corriente emocional positiva que afecta tanto a quién lo recibe como a quién lo emite. También comprobarás que, al incrementar la práctica, las personas que te rodean también tenderán a hacerlo de forma progresiva. En última instancia, generarás relaciones más profundas, valiosas y positivas. |
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